Me excita la idea de un día salir con un desconocido, que me ponga yo ebria, y él le eche algo a mi bebida que me ponga super super hot a tal grado de cometer una tontería e irme a acostar con él a un motel sucio de mala muerte, dónde él y entre otros varios me forcen a tener sexo con ellos toda la noche del sábado y el día entero del domingo. La adrenalina, el riesgo y la pasión hacen que sea una de mis fantasías más ricas, imaginando que se corren muchos de ellos dentro de mí varias veces... y continuar con lo mismo todo el domingo hasta que ya en la tarde noche de ese mismo día me dejen ahí sola, tirada, desnuda, sudada y desmayada, embarrada mientras me escurre semen a chorros de mi vagina, el ano, embarrada de la cara, la boca, las axilas.

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